El calor de tus palabras
abrigan mi alma que temblaba
Las barreras que allí se encontraban
día a día se desarman.
El pensarte me cobija
abruma mi alma intrépida,
sin pensar en un después
se penetra en su alma hundida.
Tan lejos y tan cerca,
tu vida me aleja
al pasar la tormenta
un recuerdo se acerca.
La ilusión me envenena,
me envuelve y me quema
es un frío potente
que sin quererlo se aferra.
Trato no pensarte,
sacarte de mi mente,
pero este deseo de tenerte
se clava en mi vientre.
Solo basta resignarse
a lo difícil que es tenerte,
mas sólo pensarte
es mi alivio inocente.
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